lunes, 29 de junio de 2009

Todo va de vampiros

Me gustaría actualizar más a menudo, pero entre unas cosas y otras se me hace imposible. De todas formas, aquí estoy de nuevo, para hablar de un tema omnipresente últimamente.

Vampiros. Oh sí.

A estas alturas ¿quien no ha oído hablar nunca de Crepúsculo? Era difícil tras el boom de las novelas, pero después de la película es practicamente imposible que aún quede alguien que no sepa quienes son Edward y Bella. Y sí, yo también caí de lleno.


Fue mucho antes de que se hablara de película cuando una amiga me recomendó "un libro romántico de vampiros" llamado Crepúsculo. Con esta información, en mi mente apareció la palabra "truño". Más aún cuando rebusqué un poco en internet (muy muy muy superficialmente, sino no me habría pasado lo que me pasó) y encontré una reseña en la que ponía que el libro era un pastelito con protagonistas góticos, oscuros y atormentados.

Pufff, poquitas ganas tenía de leerme eso, porque me imaginé a un vampiro lánguido y aburrido de protagonista en un ambiente sofocante o algo así, muy al estilo Favole (que no tiene nada que ver y que me gusta bastante, pero ese es otro asunto), pero como mi amiga nunca me había fallado en las recomendaciones, lo leí.

Y que sorpresa. Desde luego, el que escribió la reseña que leí llegó a la mitad de la primera página, porque si no, no lo entiendo. Me encantó y como tantas otras chicas, me quedé prendada al instante del perfecto Edward. Vale, sí, es un vampiro atormentado que encima se enamora de una humana, más tormento aún porque a duras penas puede acercarse a ella, y sí, es un pastelito, pero nada que ver con lo que me había imaginado.

Y es que las ocurrencias de Bella, su amor obsesivo y el bueno de Edward conquistan desde el principio. Y conquistaron a cientos de lectores, pero con la película... Con la película llegó la locura. Especialmente con su protagonista, Robert Pattinson.


Hora de confesarme fan de Rob. Y eso que cuando se anunció que él interpretaría a Edward no podía imaginarme a nadie peor. "¿Ese escuchimizado de Harry Potter va a ser Edward? Ni de coña". Pero fue verle en la gran pantalla... y como que cambió mi opinión de él. No os penséis que fue de golpe... Primero fue algo así como "ah, pues no está taaaan mal...", luego pasó a "bueno, es mono", de ahí a "está bastante bien" para acabar en un "diosssss es perfectooo" y ya os digo, no fue de golpe... Si no durante las 2 horas de película jeje.

Aunque ultimamente he empeorado al respecto, y todo es culpa de un foro que encontré casualmente en internet, el foro de Vogue y el post que se le dedicó a este actor... Más allá de si os gusta o no Robert Pattinson, este foro es increíblemente divertido. De hecho, en él el actor tiene una auténtica legión de fans que se denominan a sí mismas la Robert Pattinson Bunnies Sisterhood, que se ha dedicado, entre muchas otras cosas, a analizar cada parte del cuerpo de Rob de manera minuciosa y divertidísima.

Creo que estaba hablando de la película ¿no? Sí, es empezar a hablar de Rob y se me va la pinza. Lo cierto es que es una adaptación bastante buena de la novela. Sí que es cierto que se omiten ciertas cosas, pero es fiel al libro y está bastante lograda (sobretodo si se tiene en cuenta el ajustado presupuesto del que se disponía). el éxito fue inmediato y se lanzaron a rodar la segunda parte de la saga: Luna Nueva.

En cuanto al libro, me gustó menos que el anterior (la verdad es que Crepúsculo sigue siendo mi favorito de los cuatro libros que componen la saga) pero el final es apasionante y estoy deseando verlo en la gran pantalla. Y el trailer de la secuela promete (se nota el incremento del presupuesto, el lobito impresiona ^^). Pero para verla, habrá que esperar al invierno.

Eso sí, para mantener entretenidas a las cientos de fans de la saga las editoriales, en un alarde de imaginación, han llenado las estanterías de las tiendas con títulos vampiricos, en su mayoría de corte romántico. Es casi imposible acercarse a una sección de literatura juvenil sin encontrarte tres o cuatro de estos libros. Los vampiros se han puesto de moda y esto hay que explotarlo.

Muchos de estos libros son anteriores a Crepúsculo (no es que los escritores del mundo se hayan puesto de acuerdo al mismo tiempo para escribir del tema) pero eso no evita las comparaciones odiosas. No soy de las que se dejan arrastrar por estos boom, básicamente porque no me gusta leer todo el rato lo mismo. Claro que me gustan las historias de vampiros, pero de ahi a saturarme hay un trecho. Algo similar pasó con El código da Vinci, de repente todos los libros iban de enigmas religiosos e históricos, que casualidad.

Por eso no he prestado mucha atención a todos esos títulos que surgieron después de este chaparrón vampírico, aunque seguro que hay algunos que deben estar muy bien. Por suerte para mí, los productores son tan avispados como los editores, y ahora que han visto que esto de los vampiritos guapos tiene tirón, se han lanzado a la adaptación de The Vampire Diaries, otra saga literaria, en forma de serie de televisión.


Y seguro que la veré, y por desgracia, no tanto por su argumento (del que sólo sé que hay dos vampiros enamorados de la misma chica humana) como por uno de sus protagonistas, Ian Somerhalder (Boone en Perdidos, quien casualmente es novio de Ashley Green, Alice en Crepúsculo).

Y no es la única serie del tema. True Blood es una serie muy reciente de Alan Ball (el creador de A dos metros bajo tierra, serie en la que aparecía Peter Facinelli, el Dr. Carlisle de Crepúsculo... Todo esta conectado jaja) cuya premisa es sospechosamente similar a la de Crepúsculo: chica humana se enamora de vampiro, aunque la chica no es muy normal porque puede leer los pensamientos (vamos, como Edward y Bella pero al contrario). Pero ahi se acaban las similitudes, ya que existe una bebida llamada Tru Blood que es sangre embotellada, por lo que, en teoría, los vampiros ya no necesitan alimentarse de humanos y por esto se dan a conocer al mundo. Además, es bastante más subidita de tono que Crepúsculo... Sólo he empezado a verla, pero de momento me está gustando.


Vamos, que dentro de poco veré colmillos por todas partes...

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