domingo, 3 de octubre de 2010
Fuego
Treinta años antes de que Graceling salvara su reino...
Al otro lado de las montañas al este de los Siete Reinos en una tierra rocosa y asediada por la guerra que se llama Dells, Fuego tiene 17 años y es la última monstruo del reino con forma humana. Es preciosa en cuerpo y mente, tiene una cabellera de color rojo brillante que ondea al viento como una llama y comparte el poder de leer la mente y ejercer su influencia silenciosa sobre los humanos con sus congéneres, pero tiene un gran defecto que hace que estos no confíen en ella, la odien, la aparten: sabe distinguir entre el bien y el mal. Cuando la conspiración estalla para derrocar al rey, Fuego deberá elegir entre la fidelidad a los suyos y el amor por un príncipe en cuya cabeza no puede penetrar.
Aisssss... Lo siento en el alma, de verdad, sé que una buena reseña debe ser lo más objetiva posible, porque claro, teniendo en cuenta que es una opinión, nunca puede ser objetiva del todo, pero a lo que me refiero es a que debe poner en relieve tanto las cosas buenas como las cosas malas, tratando de ofrecer una visión lo más completa del libro para que la gente pueda hacerse una idea clara de lo que se va a encontrar a leer el libro en cuestión.
Pero hoy no puedo hacerlo. Porque me he enamorado de este libro hasta el tuétano. Y no hay nada más subjetivo e irracional que el amor (oisss, que cursi que me ha quedado... es el enamoramiento, no me lo tengáis en cuenta).
1º Atracción física
Ya sabéis como comienzan estas cosas, primero te fijas en su aspecto... De entrada ese título me llamó la atención, Fuego... Esto es un problema mío, igual que los chicos malos siempre tienen un atractivo especial, a mi me atrae todo lo relacionado con el fuego: la palabra fuego o derivados en el título provocan que compre el libro sin importarme nada más, es un serio problema, compro libros de dragones por defecto y llevo demasiado tiempo encaprichada de esta portada y de muchas más... este impulso tiene su parte buena, El círculo de fuego es uno de mis libros favoritos, En llamas me encantó (aunque ya me tenía ganada por Los juegos del hambre), soy fan de Alas de Fuego y su continuación...
En fin, ese título tan provocador para mí, la portada (una chica y un arco parecen ser promesa de un buen libro... Vaya, ¿dos referencias a Los juegos del hambre en tan poco espacio? Sinsajo me está matando) y saber que era un libro de Kristin Cashore, que ya me encandiló con Graceling, bastaron para efectuar el flechazo.
2º Primer acercamiento
La historia comienza con un prólogo, protagonizado por un misterioso niño de ojos de distinto color y un tanto cabroncete... Espera, este no es Fuego... ¿Es quién creo que es? ¿Es que no tocó las narices lo suficiente en Graceling? Pues no, parece ser que no. Bien, ya me has intrigado, ¿que pinta él aquí? Y claro, inevitablemente quieres saber más...
3º Está bien, lo admito, me gusta
Sí, la cosa promete, pero solo era un prólogo, ahora empezamos con la auténtica protagonista, Fuego, una monstruo (un ser increíblemente bello con la capacidad de leer y controlar la mente de los demás y que se distingue del resto de su especie por un color de pelo llamativo y estrafalario). De hecho, la única monstruo humana que queda en Los Dells, reino donde se desarrolla la historia. Temida y admirada a partes iguales por su condición, Fuego vive junto a su amigo-con-derecho-a-roce Arquero y el padre de este, Brocker, en un lugar bastante apartado de todo, lo que en teoría, debería ser seguro para la joven. Pero solo en teoría, claro, si no no tendríamos historia. ¿Un atacante salido de la nada con la mente en blanco? Que extraño, ¿no?
Sumad a esto un reino al borde de una guerra, conspiraciones, traiciones, aventuras, secretos, sacrificios... Y un par de hermanos, rey uno, príncipe el otro, uno enamorado al instante de la belleza sobrenatural de Fuego y otro al que solo inspira un profundo odio... Un cóctel perfecto.
4º Estoy completamente segura de una cosa: me he enamorao
Fuego es extraordinaria como personaje. Un carácter fuerte a pesar de una mente llena de dudas, miedos y secretos, una chica con la que, no sé muy bien porque (hasta la fecha no he conseguido controlar la mente de nadie, que yo sepa) me he sentido muy identificada. Quizá porque Fuego, a pesar de ser una chica dura (como debe ser en toda protagonista femenina que se precie, sí, va por ti Bella Swan y por las que te siguieron), es mucho más cercana de lo que lo fuera Katsa, tiene un carácter más cálido, por así decirlo (y no, no es por hacer chiste fácil con su nombre) y es fácil ponerse en su lugar.
Y que decir de los hombres de la historia, ¡son un amor! Arquero es un caradura encantador (a pesar de sus constantes ataques de celos) y Brigan... aisssss él me puede, fuerte, valiente y honorable, pero hosco al principio; poco a poco y por pequeños detalles vamos conociendo su interior y es imposible no caer rendida a sus pies (sobre todo en determinados momentos, lo del violín, todo lo relacionado con Hanna, y un interminable etcétera).
Y estos son sólo los protagonistas, la historia cuenta con una galería envidiable de secundarios: Roen, Brocker, los gemelos, Musa, Hanna, Immiker (me mola utilizar su nombre ridículo), y, por supuestísimo, Cansrel, el padre de Fuego, quien, aunque sólo le conocemos a través de los recuerdos de esta, esta presente durante todo el libro en los sucesos más importantes, siendo parte determinante del carácter de Fuego.
La única pega que podría ponerle está en los villanos de la historia, con mucho potencial (como Murgda, que pensé que daría más juego) pero poco definidos y menos importantes de lo que cabría esperar de un villano. Claro, está el otro (si no digo su nombre es para no spoilear a los que no hayan leído Graceling, pero los que lo hayáis hecho sabéis a quien me refiero), pero no es el villano principal aquí (a pesar de que cada aparición suya basta para poner los pelos de punta) y putear putea, así que está bien como está.
De hecho, creo que su aparición en Fuego es esencial para comprenderle del todo en Graceling, en el que lo cierto es que aparece muy poco, y habría sido una lástima no utilizarlo siendo un malo tan... ¿bueno? Como personaje, digo.
En definitiva, creo que lo único que me resta añadir es que además de una historia profunda y trabajada y unos personajes redondos y entrañables, está increíblemente bien escrita y se disfruta de cada una de las frases de la lectura. Una de esas novelas que da pena acabar.
Recomendadísimo no, lo siguiente. Yo ya estoy deseando tener lo próximo de Kristin Cashore entre las manos, aunque para eso (que de momento lleva por nombre Bitterblue y continúa la historia de un personaje que aparecía en Graceling) aún queda bastante.
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3 comentarios:
;(no me llama¡¡¡lo tengo pero aun no lo he leido
Vaya notaza le has puesto, las reseñas que había leído hasta ahora no lo dejaban muy bien. Ya veré si lo leo porque aún no he empezado Graceling pero menudo flechazo has tenido tú.
Flechazo total y absoluto jajaja
Quizá si que es cierto que por lo de los villanos flojos y por alguna otra cosilla (he leído que muchos piensan que a veces es lenta, a mi no me lo pareció) debería tener menos nota, pero me dejó tan buen sabor de boca que le tuve que poner el máximo.
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