Brisingr

Eragon y su dragona, Saphira, han conseguido escapar con vida después de la colosal batalla contra los guerreros imperiales. Una vida que Eragon sabe sujeta a la fuerza de las promesas sin cumplir. La primera es la que Eragon le hizo a su primo Roran: rescatar a su amada, Katrina, de las garras del rey Galbatorix. Sin embargo, éste no es más que el primero de sus compromisos. Eragon también le debe la lealtad a los vardenos, quienes necesitan desesperadamente su talento y su fuerza, y lo mismo les sucede a elfos y enanos. Cuando los problemas empiezan a aflorar y el peligro ataca desde todos los flancos, Eragon se ve obligado a elegir. Una elección que podría llevarlo a recorrer el Imperio entero, e incluso más allá de sus fronteras; una elección que podría acabar con un sacrificio inimaginable.

Eragon es la única esperanza de salvar Alagaësia de la tiranía. ¿Podrá el hijo de un granjero unir a las fuerzas rebeldes y vencer?

He escrito varias veces lo que quería poner en esta entrada acerca de este libro, le daba vueltas y vueltas, y me complicaba mucho, pero al final decía lo mismo una y otra vez, así que ¿por qué complicarme? No me gustó tanto como Eragon, pero es inmensamente mejor que Eldest (siempre en mi opinión, claro).

Esta parte no contiene spoilers:

Como en la segunda parte, la historia nos es contada desde el punto de vista de Eragon en algunos capítulos y de Roran en otros, aunque el protagonismo de este es menor que en la segunda parte.

Por la parte de Eragon, la historia se centra en las obligaciones que le surgen al jinete por todas partes: con su primo, con los vardenos y Nasuada, con Elva, con los enanos, con sus maestros... Vamos, que el pobre no tiene ni medio segundo para pensar en sí mismo. Ni que decir tiene que por tanto, las escenas con Arya son escasas, pero mucho mejor aprovechadas que en la segunda parte, provocándose un mayor acercamiento entre ambos personajes (algo es algo).

Su primo tampoco se libra de la llamada del deber, pues tendrá que servir a los vardenos como guerrero, protagonizando así algunas de las escenas más cruentas del libro. Paolini describe el ambiente a la perfección (tan bien, que consiguió revolverme el estómago en la Prueba de los Cuchillos Largos) y la narración es ágil y entretenida.

Esta parte sí contiene spoilers:

Lo que más me gustó del libro fue descubrir el pasado de algunos personajes, como la historia de la pareja de Arya o la verdadera historia de los padres de Eragon; así como el desarrollo de las historias de Roran y Katrina y la de Elva, que promete mucho para la última entrega de la saga, así como el misterioso elfo-lobo Blodhgarm y las nómadas que aparecen hablando brevemente con Angela. También destaca la batalla de Feinster, de las partes más emocionantes del libro gracias a la espada nueva de Eragon y a la amenaza de la aparición de un nuevo Sombra.

Lo que menos, que algunos capítulos son un pelín lentos y el hecho de que no veamos el pelo al malo malísimo, y ya vamos por la tercera parte. En esta, al menos Galbatorix hace acto de aparición hablando a través de Murtagh, pero nada más. Y también están Oromis y Glaedr, a los que no soporté en la segunda parte, pero cuando ya me empezaban a caer un poquito bien, van y se los cargan, muy bonito.

En general, un libro entretenido, que resuelve algunos de los interrogantes más importantes de la saga pero que abre otros nuevo y por tanto deja con ganas de más.

Primera reseña del 2010, que bien ^^. La próxima será Alas Negras, que ya estoy terminando y me está encantando.